Los astures (asturi en Latín) fueron un antiguo pueblo que habitaba el noroeste de la península ibérica y cuyo territorio comprendía aproximadamente la comunidad autónoma de Asturias, las provincias de León y Zamora, la zona oriental de Lugo y Orense y parte del distrito portugués de Braganza.
Se considera que el origen y formación de esta cultura radica, entre otros aspectos, en la mezcla de una población autóctona, cuyo origen no está muy claro, con grupos de población llegados de la zona centroeuropea. No obstante, el conjunto de etnicidad de este grupo no parece nítido, y la mayoría de investigadores se inclinan a pensar en que la denominación astures sería solamente un convencionalismo empleado por los romanos a su llegada al Noroeste peninsular.
Sociedad-
Según los autores clásicos, la estructura familiar era matrilineal, donde la mujer heredaba y era la propietaria. Estrabón nos cuenta que entre los astures el hombre dotaba a la mujer, las hijas heredaban y eran las que daban esposa a sus hermanos. Hasta no hace mucho estos rasgos, considerados como manifestaciones de matriarcado, se han conservado en territorio astur, como la costumbre de la covada, que consistía en que la mujer daba a luz y seguía con sus labores diarias, mientras que el hombre se quedaba en cama al cuidado del recién nacido.
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"Todos los montañeses hacen una vida sencilla, bebiendo agua, durmiendo en el suelo y llevando el pelo largo como las mujeres... Toman sus comidas sentados, haciendo alrededor de la pared bancos de piedras. La comida se sirve en giro. Durante la bebida bailan en rueda acompañados por flauta y corneta o también haciendo saltos y genuflexiones... Todos llevan generalmente capas negras y duermen sobre pajas envueltos en ellas. Las mujeres llevan sayos y vestidos con adorno floral. Usan recipientes de madera, como los celtas..., despeñan a los condenados a muerte y a los parricidas los apedrean fuera de la ciudad o del confín... Ponen a los enfermos junto a los caminos, como hicieron los egipcios en el pasado, a fin de consultar a los viajeros que hubiesen padecido un mal parecido. Su sal es rojiza, pero machacada se vuelve blanca. Tal es la vida de los montañeses, es decir, como he dicho de los pueblos que ocupan el lado septentrional de Iberia: los Galaicos y Astures y Cántabros hasta los Vascones y el Pirineo. Ya que es idéntica la vida de todos ellos... El carácter inculto y salvaje de aquellos pueblos se explica no sólo por su vida guerrera, sino también por su situación apartada... También el territorio de algunos con su pobreza y sus montañas, debió aumentar tal falta de cultura. Nadie dirá que viven con aseo los que se lavan con orina, que se conserva podrida en tinajas y con ellas enjabonan los dientes ellos y sus mujeres, como se dice también de los Cántabros y sus vecinos. Esto y dormir en el suelo es propio tanto de los Íberos como de los Celtas".
(Estrabón. Geografía, 3, 3, 7 y 8.)
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Vestían con sayos ceñidos, siendo una costumbre general en todas las tribus cantábricas. Para elaborarlos usaban la lana negra de las ovejas xaldas, una raza autóctona. Las mujeres los decoraban con sustancias vegetales de gran colorido. Mientras, el calzado sería semejante a las actuales madreñas. Tenían un gran conocimiento del medio natural, empleando plantas medicinales. Usaban barcas de cuero cosidas donde tan sólo la quilla era de madera, semejantes a las utilizadas por lusitanos, irlandeses, bretones y sajones.
Economía-
Los astures basaban su subsistencia en la ganadería, con menor importancia de la agricultura que practicaban de forma no intensiva. Las tierras sembradas durante la época prerromana eran escasas. De estos sembrados obtenían cebada con la que fabricaban cerveza, así como especies primitivas de trigo (como la escanda) y lino. Debido a la escasez de su producción agrícola y a su fuerte carácter guerrero hacían frecuentes incursiones en tierras de los vacceos, los cuales tenían una agricultura muy desarrollada. Durante gran parte del año usaban el llande como su alimento fundamental, secándolo y triturándolo para hacer con su harina un pan que se conservaba durante mucho tiempo.
Existen evidencias dentro del territorio astur de contactos comerciales con las zonas atlánticas (ya desde antiguo) basadas en la explotación de recursos minerales. Esto favoreció la formación de élites guerreras que controlaban este comercio a gran escala. Sus aldeas eran autosuficientes, abasteciéndose de recursos agropecuarios y elaborando los productos manufacturados que puedieran necesitar.
Vivienda-
Inicialmente (siglo VII a. C.), los poblados estaban construidos por agrupaciones de viviendas hechas con materiales vegetales, para posteriormente (500-100 a. C.) aparecer casas circulares de piedra, murallas y defensas. Por último el hábitat se organiza en los castros, situados en lugares estratégicos, amurallados y con fosos.
Las cabañas eran de planta redonda (como en Campa Torres y el castro del Castiellu de Llagú) o elíptica sin ángulos (como en el Picu Castiellu de Moriyón), con techumbre vegetal que se sostenía sin columnas interiores. Las cabañas se apiñaban unas junto a otras, dando lugar a calles estrechas e intransitables. Similares a las viviendas reconstruídas en Gales (como en Castell Henllys7 y St. Fagans) e Irlanda (Wexford), contaban con un zócalo de piedra y muros de entretejido de varas cubierto de barro al que se le habría sobrepuesto algún tipo de aislante.
Las viviendas tienden a ser rectangulares a medida que se avanza hacia el este y se hacen más fuertes las influencias procedentes de centroeuropa y el mediterráneo. Las influencias celtiberizadoras encuentran cierta resistencia en la zona; se extendieron a las regiones occidentales y septentrionales con las que compartía el mismo sustrato social y económico, pero este proceso fue interrumpido con la llegada de Roma.
Guerreros-
Pueblo de fuerte carácter guerrero, contaban con el dardo como arma principal. Usaban un escudo o caetra, tanto pequeño como grande. También usaban el puñal, espada corta de antenas, hacha de doble filo, hacha de talón, lanza de enmangue en tubo, brazalete macizo con decoración incisa, anillas, honda, así como la falcata, utilizada posiblemente debido a las influencias de otros pueblos peninsulares. Como elementos de prestigio personal vinculados al estamento guerrero estaban los torques.
Durante las Guerras Cántabras se enfrentaron a Roma en alianza con los cántabros, practicando una guerra de guerrillas, llevando a cabo emboscadas y maniobrando en estrechos valles y empinadas laderas donde luchaban a caballo Fue famosa su caballería, con sus caballos asturcones, y una vez dominados por Roma, fueron reclutados como tropas auxiliares. Así, en el Muro de Adriano, construido al norte de la actual Gran Bretaña para proteger sus territorios de las invasiones de los pictos, se tiene constancia de 2 alas de caballería astur. También se ha encontrado una estela funeraria en la ciudad alemana de Bonn, dedicada a Pintaius, ciudadano astur portaestandarte de una cohorte romana.
En cuanto al registro arqueológico, la Asturia estaba dentro del área de influencia del Arco Atlántico, que durante el Bronce Final mantuvo importantes contactos comerciales. Una característica común en toda la zona atlántica es el hallazgo de acumulaciones de piezas metálicas sin contexto arqueológico y que parecen relacionarse con ofrendas votivas en parajes naturales con carácter sagrado. Este es el caso de espadas halladas en ríos como el Esla o el Órbigo. Como dato curioso, una espada de lengua de carpa fue localizada en Paradela de Muces, supuestamente hincada en una roca.
Se considera que el origen y formación de esta cultura radica, entre otros aspectos, en la mezcla de una población autóctona, cuyo origen no está muy claro, con grupos de población llegados de la zona centroeuropea. No obstante, el conjunto de etnicidad de este grupo no parece nítido, y la mayoría de investigadores se inclinan a pensar en que la denominación astures sería solamente un convencionalismo empleado por los romanos a su llegada al Noroeste peninsular.
Sociedad-
Según los autores clásicos, la estructura familiar era matrilineal, donde la mujer heredaba y era la propietaria. Estrabón nos cuenta que entre los astures el hombre dotaba a la mujer, las hijas heredaban y eran las que daban esposa a sus hermanos. Hasta no hace mucho estos rasgos, considerados como manifestaciones de matriarcado, se han conservado en territorio astur, como la costumbre de la covada, que consistía en que la mujer daba a luz y seguía con sus labores diarias, mientras que el hombre se quedaba en cama al cuidado del recién nacido.
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"Todos los montañeses hacen una vida sencilla, bebiendo agua, durmiendo en el suelo y llevando el pelo largo como las mujeres... Toman sus comidas sentados, haciendo alrededor de la pared bancos de piedras. La comida se sirve en giro. Durante la bebida bailan en rueda acompañados por flauta y corneta o también haciendo saltos y genuflexiones... Todos llevan generalmente capas negras y duermen sobre pajas envueltos en ellas. Las mujeres llevan sayos y vestidos con adorno floral. Usan recipientes de madera, como los celtas..., despeñan a los condenados a muerte y a los parricidas los apedrean fuera de la ciudad o del confín... Ponen a los enfermos junto a los caminos, como hicieron los egipcios en el pasado, a fin de consultar a los viajeros que hubiesen padecido un mal parecido. Su sal es rojiza, pero machacada se vuelve blanca. Tal es la vida de los montañeses, es decir, como he dicho de los pueblos que ocupan el lado septentrional de Iberia: los Galaicos y Astures y Cántabros hasta los Vascones y el Pirineo. Ya que es idéntica la vida de todos ellos... El carácter inculto y salvaje de aquellos pueblos se explica no sólo por su vida guerrera, sino también por su situación apartada... También el territorio de algunos con su pobreza y sus montañas, debió aumentar tal falta de cultura. Nadie dirá que viven con aseo los que se lavan con orina, que se conserva podrida en tinajas y con ellas enjabonan los dientes ellos y sus mujeres, como se dice también de los Cántabros y sus vecinos. Esto y dormir en el suelo es propio tanto de los Íberos como de los Celtas".
(Estrabón. Geografía, 3, 3, 7 y 8.)
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Vestían con sayos ceñidos, siendo una costumbre general en todas las tribus cantábricas. Para elaborarlos usaban la lana negra de las ovejas xaldas, una raza autóctona. Las mujeres los decoraban con sustancias vegetales de gran colorido. Mientras, el calzado sería semejante a las actuales madreñas. Tenían un gran conocimiento del medio natural, empleando plantas medicinales. Usaban barcas de cuero cosidas donde tan sólo la quilla era de madera, semejantes a las utilizadas por lusitanos, irlandeses, bretones y sajones.
Economía-
Los astures basaban su subsistencia en la ganadería, con menor importancia de la agricultura que practicaban de forma no intensiva. Las tierras sembradas durante la época prerromana eran escasas. De estos sembrados obtenían cebada con la que fabricaban cerveza, así como especies primitivas de trigo (como la escanda) y lino. Debido a la escasez de su producción agrícola y a su fuerte carácter guerrero hacían frecuentes incursiones en tierras de los vacceos, los cuales tenían una agricultura muy desarrollada. Durante gran parte del año usaban el llande como su alimento fundamental, secándolo y triturándolo para hacer con su harina un pan que se conservaba durante mucho tiempo.
Existen evidencias dentro del territorio astur de contactos comerciales con las zonas atlánticas (ya desde antiguo) basadas en la explotación de recursos minerales. Esto favoreció la formación de élites guerreras que controlaban este comercio a gran escala. Sus aldeas eran autosuficientes, abasteciéndose de recursos agropecuarios y elaborando los productos manufacturados que puedieran necesitar.
Vivienda-
Inicialmente (siglo VII a. C.), los poblados estaban construidos por agrupaciones de viviendas hechas con materiales vegetales, para posteriormente (500-100 a. C.) aparecer casas circulares de piedra, murallas y defensas. Por último el hábitat se organiza en los castros, situados en lugares estratégicos, amurallados y con fosos.
Las cabañas eran de planta redonda (como en Campa Torres y el castro del Castiellu de Llagú) o elíptica sin ángulos (como en el Picu Castiellu de Moriyón), con techumbre vegetal que se sostenía sin columnas interiores. Las cabañas se apiñaban unas junto a otras, dando lugar a calles estrechas e intransitables. Similares a las viviendas reconstruídas en Gales (como en Castell Henllys7 y St. Fagans) e Irlanda (Wexford), contaban con un zócalo de piedra y muros de entretejido de varas cubierto de barro al que se le habría sobrepuesto algún tipo de aislante.
Las viviendas tienden a ser rectangulares a medida que se avanza hacia el este y se hacen más fuertes las influencias procedentes de centroeuropa y el mediterráneo. Las influencias celtiberizadoras encuentran cierta resistencia en la zona; se extendieron a las regiones occidentales y septentrionales con las que compartía el mismo sustrato social y económico, pero este proceso fue interrumpido con la llegada de Roma.
Guerreros-
Pueblo de fuerte carácter guerrero, contaban con el dardo como arma principal. Usaban un escudo o caetra, tanto pequeño como grande. También usaban el puñal, espada corta de antenas, hacha de doble filo, hacha de talón, lanza de enmangue en tubo, brazalete macizo con decoración incisa, anillas, honda, así como la falcata, utilizada posiblemente debido a las influencias de otros pueblos peninsulares. Como elementos de prestigio personal vinculados al estamento guerrero estaban los torques.
Durante las Guerras Cántabras se enfrentaron a Roma en alianza con los cántabros, practicando una guerra de guerrillas, llevando a cabo emboscadas y maniobrando en estrechos valles y empinadas laderas donde luchaban a caballo Fue famosa su caballería, con sus caballos asturcones, y una vez dominados por Roma, fueron reclutados como tropas auxiliares. Así, en el Muro de Adriano, construido al norte de la actual Gran Bretaña para proteger sus territorios de las invasiones de los pictos, se tiene constancia de 2 alas de caballería astur. También se ha encontrado una estela funeraria en la ciudad alemana de Bonn, dedicada a Pintaius, ciudadano astur portaestandarte de una cohorte romana.
En cuanto al registro arqueológico, la Asturia estaba dentro del área de influencia del Arco Atlántico, que durante el Bronce Final mantuvo importantes contactos comerciales. Una característica común en toda la zona atlántica es el hallazgo de acumulaciones de piezas metálicas sin contexto arqueológico y que parecen relacionarse con ofrendas votivas en parajes naturales con carácter sagrado. Este es el caso de espadas halladas en ríos como el Esla o el Órbigo. Como dato curioso, una espada de lengua de carpa fue localizada en Paradela de Muces, supuestamente hincada en una roca.
Muy interesante. :)
ResponderEliminarMucgisimas gracias Mario. Saludos.
ResponderEliminarMuchas costumbres pervivieron a lo largo de generaciones, especialmente en la estructura de las viviendas y las jerarquías aplicadas en la vida doméstica.
ResponderEliminarUn saludo.
La espada de lengua de carpa fue encontrada por Magin Blanco Rodriguez y fue encontrada escondida en una grieta cuando miraba de fijar un lazo en un hueco donde se escondian conejos.
ResponderEliminarLa espada la desaparecio el Sr. Barcia cuando se la llevo para ver de soldarla.
La espada estaba en un risco a unos 100 m. de un lugar considerado por los más antiguos del lugar como un lugar especial, se decia que si habia sido un lugar religioso o un cementerio.
acmuces@muces.org.es