miércoles, 6 de octubre de 2010

FERROCARRIL Y PUERTO DE GIJÓN


FERROCARRILES

El Ferrocarril de Langreo, inaugurado el 25 de Agosto de 1852, fue el primero de los ferrocarriles mineros, para transportar el carbón desde la cuenca del Nalón a los puertos del Cantábrico. Después, el Ferrocarril Vasco Asturiano se tendió para trasladar el carbón de las minas de la cuenca del Caudal, en especial al puerto de San Esteban de Pravia. Los tramos de vía ancha, a finales del siglo XIX estaban ya terminados. Después fueron integrados en RENFE. El Oviedo a Trubia se inauguró en 1883. En el año 1884 se completaba la línea Gijón-León, con las rampas y túneles de Pajares. En el año 1894 se abren los ramales de Villabona a Avilés y de Soto del Rey a El Entrego. El Ferrocarril de Carreño, fue también minero, pero de hierro, entre Avilés y Gijón. A principio del siglo XX se inició el proyecto del Ferrocarril de San Martín del Rey Aurelio, por Lieres, al Musel, con la idea del transporte del carbón por una zona desatendida, pero ese proyecto fracasó rotundamente. Después de la Guerra Civil española se inician las obras de un nuevo Ferrocarril, desde la mina de La Camocha, situada cerca de la costa gijonesa. Un ferrocarril que se inaugura en 1949.

PUERTO

En el año 1480, los Reyes Católicos dan su autorización para que en Gijón se construya un puerto y se le faciliten los medios para llevarlo a cabo.
A partir de entonces, la historia de Gijón aparece vinculada estrechamente al desarrollo de su puerto. Al final del siglo XV, se crea el primer muelle de mar, complementado en 1552 con un muelle de tierra. Así, Gijón comienza su actual fisonomía hacia el año 1600, al extenderse sobre el arenal que ponía cerco a su antiguo asentamiento.
El Real Decreto de 1765 y el Reglamento de 1778 fueron dos disposiciones que permitieron al puerto de Gijón el libre comercio con las colonias americanas, lo que llevó a la villa a conocer un progresivo crecimiento, que se concretó en el Plan de Mejoras para la ciudad, diseñado por Jovellanos, y aprobado por el Ayuntamiento en 1782.
El calado insuficiente de El Muelle de Gijón hizo imprescindible la construcción
del puerto exterior de El Musel, después de discusiones entre los partidarios de una simple ampliación del puerto local,”apagadoristas”, y los “muselistas”, se resolvió con la Ley de Puertos de 1852, que señalaba el Puerto de El Musel como el más adecuado puerto de refugio de Asturias. En el año 1862, Salustio González Regueral refuerza esa tesis con su amplio Informe. En1865, se dicta una Real Orden que señala la conveniencia de hacer importantes obras en el puerto de El Musel.. Comenzarían las obras con retraso, por lo que no fue activo hasta el año 1907. Un retraso que no favoreció al Muelle gijonés, sino a los puertos de Avilés y San Esteban de Pravia, que fueron, durante aquellos años, los puntos de embarque del carbón asturiano que les llegaba en el Ferrocarril de Langreo, de Norte o de la Compañía Vasco-Asturiana.

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