Apio.
Se utiliza debajo de la almohada para inducir al sueño. Algunas fuentes aseguran que las brujas comían semillas de apio antes de volar, para no marearse y caer.
Borraja.
Según la tradición, ponerse una flor de borraja en el ojal sirve de protección al salir a la calle.
Trébol.
Se le supone que da buena suerte. Más concretamente: un trébol de dos hojas atrae a un amante; uno de tres hojas, sirve de amuleto; uno de cuatro hojas, atrae la riqueza y el amor; si tiene cinco hojas, es poderoso para atraer riquezas
Violeta.
Se dice que cortar la primera violeta que se vea en primavera atraerá al amor. Se utilizaba antiguamente para los filtros de amor. Su perfume tiene supuestas virtudes afrodisíacas y también se dice que ponerse una corona con violetas elimina el dolor de cabeza
Verbena.
Conocida como Hierba de los hechizos, Hierba sagrada (en francés) o Hierba de la Gracia (en inglés), ha sido tradicionalmente una planta muy empleada en la tradición mágica europea. Los antiguos celtas la consideraban uno de los arbustos sagrados y la tenían en gran estima, por sus supuestas virtudes como protectora contra el mal (salpicaban la casa con una infusión hecha de hojas de verbena) y para atraer prosperidad económica y ayudar al crecimiento de las cosechas (enterrando una hoja de verbena en el terreno de la casa). Tradicionalmente, debía recogerse en verano, en un momento en que no puedan verse en el cielo el sol, ni la luna, y preferentemente la noche de San Juan. Se asocia al elemento Tierra y a las deidades femeninas.
Tomillo.
El tomillo se quema para purificar el ambiente y librarlo de influencias negativas. También se quema para atraer la buena salud. Para dormir sin pesadillas, se coloca bajo la almohada. Al igual que sucede con su pariente el serpol, se dice que llevarlo en el pelo vuelve irresistible a la mujer y que quien lleva una ramita encima es capaz de ver hadas.
Salvia.
Se dice que proporciona una garantía de larga vida, comiendo un poco cada día, que fomenta la sabiduría y que protege contra el mal de ojo. Se utilizaba como oráculo amoroso (para visualizar al futuro marido). Cuentan que sembrar salvia en el propio jardín trae mala suerte y que hay que buscar a un extraño para que haga el trabajo y que nunca hay que plantarla sola, sino compartiendo espacio con otras plantas.
Romero.
Es una de las plantas favoritas del saber mágico popular. Se utiliza, tal vez por sus propiedades aromáticas, para purificar y proteger personas y lugares. Antiguamente, se quemaba en las habitaciones de los enfermos, para purificar el ambiente. Al igual que otras labiadas aromáticas, se utiliza para invocar la buena salud y se echa al agua del baño para purificarla. También se dice que fortalece la memoria y que oler su madera con frecuencia conserva la juventud.
Hinojo.
En la antigüedad, se colgaba en las puertas de las casas para ahuyentar los malos espíritus o el "mal de ojo". Los romanos utilizaban en sus ceremonias el tirso, hecho de enormes tallos de hinojo y conos de pino unidos por los extremos. Se dice que cultivarlo cerca de la casa, la protege y que si se lleva encima un saquito de semillas cura las enfermedades.
Hierba de San Juan.
En la Edad Media, se quemaba en las casas en las que se creía que había entrado el demonio, hasta tal punto que era conocida como Fuga daemonium ("espantademonios"). Algunos nombres populares, como el francés y el italiano, son reminiscencias de aquel sobrenombre. Se dice que cura la melancolía (recordemos que es un buen antidepresivo natural) y que atrae el amor. En la cultura celta, se decía que las hadas malas, los duendes y los magos de malas intenciones no entrarían nunca en una casa cuyas ventanas estuvieran protegidas por ramitos de esta planta.
Albahaca.
También llamada "Hierba de la bruja", se le suponen múltiples virtudes mágicas, muchas relacionadas con el amor, como por ejemplo, el predecir, puesta en la
mano de alguien, si es promiscuo o poco fiel: según la tradición, si la planta se marchita en seguida, mejor se busca otra pareja. Por el contrario, espolvoreada sobre la persona amada mientras ésta duerme, dicen que asegura su fidelidad.
Celedonia.
Se dice que, si se lleva encima durante un juicio, sirve para ganarse el favor del juez, o del jurado.
Brezo.
Llamado Ur por los antiguos celtas, se asociaba, junto al muérdago, al color púrpura y a la curación y el desarrollo a nivel espiritual. Se utiliza, en el solsticio de verano, para aumentar el amor y la protección
la curación y el desarrollo a nivel espiritual. Se utiliza, en el solsticio de verano, para aumentar el amor y la protección.
Fuente www.telecable.es/
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