La ruta discurre en su totalidad por un tramo de la antigua calzada romana o Camín Real de La Mesa. Esta vía fue utilizada por los romanos (algún autor sostiene que posiblemente fuese utilizada por algún pueblo anterior), para comunicar el centro de Asturias con la ciudad de Astorga (León). Los romanos, sutiles conocedores del terreno, para salvar la espectacular barrera montañosa, idearon un trazado de suave desnivel, enlazando los cordales montañosos a través de pasos naturales (los denominados puertos secos), desde los que se divisaban los profundos y peligrosos valles y evitando así las emboscadas y ataques de las tribus aborígenes. Este camino se puede enmarcar así en la llamada ruta de la plata. También fue utilizado por los árabes en sus incursiones y retiradas de Asturias durante la Reconquista. El trazado se siguió utilizando para el transporte de mercancías y viajeros hasta mediados del S. XIX.
RECORRIDO
En Torrestío, sin cruzar el río Forcada, tomamos un ancho camino que asciende a través del Valle de las Partidas hacia el Puerto de La Mesa (1782 m. de altitud). Aquí, divisoria entre Asturias y León, la panorámica es impresionante: a la izquierda Los Vígaros; a la espalda el macizo de Ubiña y por todas partes cumbres y laderas. De este lugar, por pastizales y ladeándonos a la derecha, descendemos hasta la Braña de La Mesa -antiguo emplazamiento de una venta y hoy poblado de cabañas con cubierta de teja, cabanas de teito (cabañas de piedra con cubierta vegetal) y corros (cabañas de planta circular con falsa bóveda de piedra)-. Continuamos por un camino bien marcado hasta llegar a El Muro (se cree que hubo una fortificación defensiva). Desde aquí se pueden contemplar el Valle de Saliencia, y gran parte de los concejos de Teverga, Proaza y Quirós. Seguimos caminando hasta alcanzar el Puerto de La Madalena, donde también existió una venta de la que hoy no queda nada, pero si podemos observar desde lo alto las cabanas de teito de las morteras de Endriga y Saliencia. Atravesamos una zona de pastizal y ascendemos ligeramente hasta alcanzar el camino que lleva una empalizada a la izquierda. En continuo ascenso, cruzaremos una zona de piornos hasta llegar al lugar denominado La Sedernia. Aquí, a escasos metros a la derecha del camino tenemos una fría y abundante fuente y muy cercana, como punto de referencia, una cabaña de guardas de caza. Estamos a los pies del Pico Peña Negra, desde cuya cumbre (1876 m.), si las condiciones climatológicas lo permiten, podemos divisar Oviedo. El camino continua en ligero descenso entre piornos, acebos y abedules. Muy cerca del camino encontramos la fuente del Abedul. El itinerario continúa con un tramo cómodo y llano para, después de un suave ascenso, llegar a la braña de La Corra, donde podemos contemplar más teitos. A partir de aquí iniciaremos una ascensión que nos conducirá al collado y pastizales del Xuego La Bola (1620 m. de altitud), que cruzamos por el centro, dejando a la izquierda una mole caliza denominada Pico del Michu. Desde este lugar nos dirigimos, en suave descenso, hasta la “veiga” y braña de Piedrajueves (topónimo que deriva de Petra Jovis) donde se cree que existió un ara votiva al dios Júpiter, asentado, quizás, sobre precedentes prerromanos, como pueden manifestar las catorce estructuras tumulares halladas por José Manuel González.
Cruzamos la zona de pastos hasta alcanzar el camino, dejando unas cabañas y la antigua venta a nuestra izquierda, que en descenso discurre por la ladera entre acebos, piornos, abedules y hayas, hasta llegar al Puerto de San Lorenzo, donde también existió una antigua venta y tomar la carretera que nos conducirá a San Martín de Teverga.
No hay hallazgos referentes a la Edad de Piedra. Hay tres vestigios correspondientes a la Edad del Bronce:
pinturas esquemáticas de los abrigosde Fresnedo; hacha de combate(piedra pulimentada hallada en el Puerto de Marabio) y varios túmulos funerarios ubicados, según José Manuel González, en diferentes puntos del concejo (Piedrajueves, Cueiro, Santa Cristina, Sobia) y próximos al Camino Real de La Mesa o a ramales secundarios que parten de éste, siendo posible plantear la hipótesis de que esas vías fueron auténticos ejes ordenadores del poblamiento, a través de los cuales iría colonizándose, poco a poco, todo el territorio. En cuanto a la Edad del Hierro decir que los vestigios correspondientes son algunos castros catalogados por el mismo autor en Castro (Valdesantibáñez), Barrio, Berrueño y La Focella (Valdesampedro).
A juzgar por los topónimos que subsisten se puede asegurar que el concejo estuvo dominado por los romanos a finales del S.I a.C. El vestigio que corrobora dicha dominación es el conocido como Calzada Romana, camino que cruza el territorio de Teverga de sur a norte por la franja más occidental (parte de Torrestío, provincia de León, sube al Puerto de La Mesa, sigue por el cordal del mismo nombre, entre Somiedo y Teverga, a través de La Magdalena, Juego de la Bola, Piedrajueves, San Lorenzo y Cueiro, para internarse en el concejo de Grado y seguir hasta Gijón). Esta vía, según Sánchez Albornoz, fue utilizada por los romanos, pero se cree que fue construida en época anterior y que éstos la mejoraron para su uso evitando, así, los desniveles y el peligro que suponía la utilización de caminos que discurrían por el fondo de estrechos valles ante las emboscadas de las tribus aborígenes. Este camino siguió siendo utilizado a hasta principios del S.XX como una importante vía de comunicación de la Meseta y la parte central de Asturias.
Hay constancia de que, en su huida, después de la batalla de Covadonga, los árabes salieron de Asturias por la calzada romana. Durante la Edad Media, es posible que el concejo padeciese la ocupación de los visigodos: en lugar cercano a Fresnedo, durante la construcción de una carretera, fue hallado un jarro hispanovisigodo (“El jarro hispanovisigodo de Alesga y...” atribuye a la presencia de refugiados godos que huían de la dominación musulmana.
Se sabe, también, que el año 860 existía el Monasterio de Santa María de Barrio. A partir del año 1092 el territorio tevergano es adjudicado en sucesivas etapas a la iglesia de San Salvador de Oviedo. Hay constancia documental de que durante la época medieval en el municipio había varios castillos y torres (Alesga, Monreal, Miranda, Orcechón...), así como monasterios (San Pedro de Teverga, San Juan de Santianes, Santa María de Villanueva, San Vicente de Presorias, San Cristóbal en Torce...). Hoy sólo existen restos del denominado castillo de Alesga en el término de San Salvador. Según Ana Fernández Suárez (“Teverga, un concejo de la montaña asturiana en la Edad Media”) desde el S .X hasta el S. XIII parece ser que había un poblamiento denso y uniforme en los tres valles y una temprana ocupación en las zonas altas, apareciendo perfectamente configuradas en el S. XI las poblaciones de Taja, Villanueva, Cuña y Páramo.
Entre los s. XV y XVIII se construyen en Teverga varias casas señoriales: Quiñones- Valcarce en Campiello, Tuñón en Prado, Miranda-Flórez en Villamayor, Cienfuegos en Cuña, Quirós en Prado, Cienfuegos en Taja, palacio de Valdecarzana en San Martín y Palacio de Agüera en Entrago. En todas ellas existe el escudo de la familia a la que pertenecían.
Durante la Edad Contemporánea decir que Teverga tuvo un papel importante en la lucha contra la invasión francesa estableciendo guerrillas en lugares estratégicos del municipio. Es de destacar también la participación en las guerras carlistas.
A mediados del S.XIX tiene lugar uno de los hechos que revoluciona el panoramaregional: las explotaciones mineras. La concesión minera más antigua en Teverga data del año 1876. Esto supone el cambio de las tradicionales costumbres campesinas por el laboreo de las minas. Para el transporte del mineral de los yacimientos de Teverga se construye, en 1902, el ferrocarril desde Entrago hasta Caranga para unirlo al que discurría desde Trubia hasta Quirós.
www.infoteverga.com
RECORRIDO
En Torrestío, sin cruzar el río Forcada, tomamos un ancho camino que asciende a través del Valle de las Partidas hacia el Puerto de La Mesa (1782 m. de altitud). Aquí, divisoria entre Asturias y León, la panorámica es impresionante: a la izquierda Los Vígaros; a la espalda el macizo de Ubiña y por todas partes cumbres y laderas. De este lugar, por pastizales y ladeándonos a la derecha, descendemos hasta la Braña de La Mesa -antiguo emplazamiento de una venta y hoy poblado de cabañas con cubierta de teja, cabanas de teito (cabañas de piedra con cubierta vegetal) y corros (cabañas de planta circular con falsa bóveda de piedra)-. Continuamos por un camino bien marcado hasta llegar a El Muro (se cree que hubo una fortificación defensiva). Desde aquí se pueden contemplar el Valle de Saliencia, y gran parte de los concejos de Teverga, Proaza y Quirós. Seguimos caminando hasta alcanzar el Puerto de La Madalena, donde también existió una venta de la que hoy no queda nada, pero si podemos observar desde lo alto las cabanas de teito de las morteras de Endriga y Saliencia. Atravesamos una zona de pastizal y ascendemos ligeramente hasta alcanzar el camino que lleva una empalizada a la izquierda. En continuo ascenso, cruzaremos una zona de piornos hasta llegar al lugar denominado La Sedernia. Aquí, a escasos metros a la derecha del camino tenemos una fría y abundante fuente y muy cercana, como punto de referencia, una cabaña de guardas de caza. Estamos a los pies del Pico Peña Negra, desde cuya cumbre (1876 m.), si las condiciones climatológicas lo permiten, podemos divisar Oviedo. El camino continua en ligero descenso entre piornos, acebos y abedules. Muy cerca del camino encontramos la fuente del Abedul. El itinerario continúa con un tramo cómodo y llano para, después de un suave ascenso, llegar a la braña de La Corra, donde podemos contemplar más teitos. A partir de aquí iniciaremos una ascensión que nos conducirá al collado y pastizales del Xuego La Bola (1620 m. de altitud), que cruzamos por el centro, dejando a la izquierda una mole caliza denominada Pico del Michu. Desde este lugar nos dirigimos, en suave descenso, hasta la “veiga” y braña de Piedrajueves (topónimo que deriva de Petra Jovis) donde se cree que existió un ara votiva al dios Júpiter, asentado, quizás, sobre precedentes prerromanos, como pueden manifestar las catorce estructuras tumulares halladas por José Manuel González.
Cruzamos la zona de pastos hasta alcanzar el camino, dejando unas cabañas y la antigua venta a nuestra izquierda, que en descenso discurre por la ladera entre acebos, piornos, abedules y hayas, hasta llegar al Puerto de San Lorenzo, donde también existió una antigua venta y tomar la carretera que nos conducirá a San Martín de Teverga.
No hay hallazgos referentes a la Edad de Piedra. Hay tres vestigios correspondientes a la Edad del Bronce:
pinturas esquemáticas de los abrigosde Fresnedo; hacha de combate(piedra pulimentada hallada en el Puerto de Marabio) y varios túmulos funerarios ubicados, según José Manuel González, en diferentes puntos del concejo (Piedrajueves, Cueiro, Santa Cristina, Sobia) y próximos al Camino Real de La Mesa o a ramales secundarios que parten de éste, siendo posible plantear la hipótesis de que esas vías fueron auténticos ejes ordenadores del poblamiento, a través de los cuales iría colonizándose, poco a poco, todo el territorio. En cuanto a la Edad del Hierro decir que los vestigios correspondientes son algunos castros catalogados por el mismo autor en Castro (Valdesantibáñez), Barrio, Berrueño y La Focella (Valdesampedro).
A juzgar por los topónimos que subsisten se puede asegurar que el concejo estuvo dominado por los romanos a finales del S.I a.C. El vestigio que corrobora dicha dominación es el conocido como Calzada Romana, camino que cruza el territorio de Teverga de sur a norte por la franja más occidental (parte de Torrestío, provincia de León, sube al Puerto de La Mesa, sigue por el cordal del mismo nombre, entre Somiedo y Teverga, a través de La Magdalena, Juego de la Bola, Piedrajueves, San Lorenzo y Cueiro, para internarse en el concejo de Grado y seguir hasta Gijón). Esta vía, según Sánchez Albornoz, fue utilizada por los romanos, pero se cree que fue construida en época anterior y que éstos la mejoraron para su uso evitando, así, los desniveles y el peligro que suponía la utilización de caminos que discurrían por el fondo de estrechos valles ante las emboscadas de las tribus aborígenes. Este camino siguió siendo utilizado a hasta principios del S.XX como una importante vía de comunicación de la Meseta y la parte central de Asturias.
Hay constancia de que, en su huida, después de la batalla de Covadonga, los árabes salieron de Asturias por la calzada romana. Durante la Edad Media, es posible que el concejo padeciese la ocupación de los visigodos: en lugar cercano a Fresnedo, durante la construcción de una carretera, fue hallado un jarro hispanovisigodo (“El jarro hispanovisigodo de Alesga y...” atribuye a la presencia de refugiados godos que huían de la dominación musulmana.
Se sabe, también, que el año 860 existía el Monasterio de Santa María de Barrio. A partir del año 1092 el territorio tevergano es adjudicado en sucesivas etapas a la iglesia de San Salvador de Oviedo. Hay constancia documental de que durante la época medieval en el municipio había varios castillos y torres (Alesga, Monreal, Miranda, Orcechón...), así como monasterios (San Pedro de Teverga, San Juan de Santianes, Santa María de Villanueva, San Vicente de Presorias, San Cristóbal en Torce...). Hoy sólo existen restos del denominado castillo de Alesga en el término de San Salvador. Según Ana Fernández Suárez (“Teverga, un concejo de la montaña asturiana en la Edad Media”) desde el S .X hasta el S. XIII parece ser que había un poblamiento denso y uniforme en los tres valles y una temprana ocupación en las zonas altas, apareciendo perfectamente configuradas en el S. XI las poblaciones de Taja, Villanueva, Cuña y Páramo.
Entre los s. XV y XVIII se construyen en Teverga varias casas señoriales: Quiñones- Valcarce en Campiello, Tuñón en Prado, Miranda-Flórez en Villamayor, Cienfuegos en Cuña, Quirós en Prado, Cienfuegos en Taja, palacio de Valdecarzana en San Martín y Palacio de Agüera en Entrago. En todas ellas existe el escudo de la familia a la que pertenecían.
Durante la Edad Contemporánea decir que Teverga tuvo un papel importante en la lucha contra la invasión francesa estableciendo guerrillas en lugares estratégicos del municipio. Es de destacar también la participación en las guerras carlistas.
A mediados del S.XIX tiene lugar uno de los hechos que revoluciona el panoramaregional: las explotaciones mineras. La concesión minera más antigua en Teverga data del año 1876. Esto supone el cambio de las tradicionales costumbres campesinas por el laboreo de las minas. Para el transporte del mineral de los yacimientos de Teverga se construye, en 1902, el ferrocarril desde Entrago hasta Caranga para unirlo al que discurría desde Trubia hasta Quirós.
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Un texto que nos invita a reflexionar: antes de existir las autovías y las carreteras nacionales, existían verdaderas "autopistas" a través de las que los pueblos intercambiaban bienes materiales e inmateriales (cultura, tradición, etcétera).
ResponderEliminarRespecto a tu comentario en mi última entrada, nada más decirte que me llena de orgullo el que me consideres como un amigo. Llegué a tu blog a través de otros ya conocidos con cuyos titulares voy dando forma, poco a poco (creo) a una hermosa amistad. Desde un principio me enganché a esta página sobre temas que siempre me apasionaron y espero seguir por aquí mucho tiempo. El balance que hago respecto a los blogs no puede ser más positivo, he encontrado gente bien interesante, mucho más que ciertos elementos/as que te encuentras en la vida cotidiana.
Lo cual me hace lamentarme: ¿Por qué no inventarían ésto mucho antes?
Un abrazo.
Gracias Rubo, cuenta con ella siempre.Un abrazo
ResponderEliminarHola Marisa.- Ya veo que también has prestado atención al Camín Real de la Mesa. Hubo un tiempo en que me apasionó esta vía. Yo creo que debe de haber una bifurcación al nivel de los puertos de San Lorenzo: un camino que tira para Grado y otro para Teverga y Quirós. Bueno, ya lo estudiaré mejor. Ahora no lo tengo muy claro. Esa via es una preciosidad por la suavidad e inteligencia de su trazado. Probablemente en ella tuvo lugar la batalla de Lutos donde Alfonso II derrotó a los moros. Bueno, ya hablaremos.
ResponderEliminares una pena que no se hagan documentales sobre estos parajes pero el video no acaba en maravio
ResponderEliminarHola Marisa y amigos, aqui en Argentina pese a tener una, sino la mas grande colectividad asturiana fuera de España, es practicamente desconocida la historia del nacimiento de Asturias como reino, tanto como las batallas por la reconquista de la peninsula, la mitologia y la etnografia como asi nuestro origen mismo como nietos de emigrantes asturianos, de los que muchos argentinos hemos heredado...nueve70@hotmail.com
ResponderEliminarDiego Fernandez