Ya en Olloniego, el paso por el antiguo puente sobre el Nalón, hoy abandonado y en peligro de desaparecer por haberse desviado el cauce del río hacia su izquierda, se hacía peligroso para los caminantes por las tropelías que allí se cometían, sobretodo en el S. XIV, los comenderos de la Iglesia de Oviedo que llevaban el castillo de Tudela, mandado edificar por Alfonso III en lugar estratégico, sobre una colina que dominaba el paso por aquel lugar.
A los pocos metros de cruzar el Nalón, el camino ascendía por la Venta del Aire, San Miguel y el Pontón de la Venta para llegar a Santiago de la Manjoya a dos Km. De Oviedo.
La entrada de los peregrinos en la ciudad desde el barrio de San Lázaro, con antigua leprosería, y el de San Cipriano, donde aguardaban los profesionales de la hostelería a los peregrinos para facilitarles albergues, se hacía por la actual calle de la Magdalena, yendo aquellos a veces en tropel, portando candelas de cera o sebo y armando gran algarabía, a juzgar por lo que reza una ordenanza del municipio ovetense del año 1.274 que dice: “otro si establecieront que los albergueros de albergar a los romíos, que quando vinierent conellos que uengan calando ata que legan a suas posadas et non fagant roydo nen tragan lumne nenguno hergo de candela ho de seuo”.
Ya en Oviedo, pasada la puerta de la antigua muralla, situada más o menos en el arco central del consistorio actual, los peregrinos circulaban por las calles de Cimadevilla y Rua, antigua “rua francisca”, que se prolongaba por la calle de San Juan, y desde ésta, torciendo a la derecha perpendicularmente, tomaban la de la Platería, hoy desaparecida como consecuencia de los edificios que existían en la plaza de la Catedral, entrando directamente a la basílica de San Salvador a venerar las reliquias de la Cámara Santa.
A los pocos metros de cruzar el Nalón, el camino ascendía por la Venta del Aire, San Miguel y el Pontón de la Venta para llegar a Santiago de la Manjoya a dos Km. De Oviedo.
La entrada de los peregrinos en la ciudad desde el barrio de San Lázaro, con antigua leprosería, y el de San Cipriano, donde aguardaban los profesionales de la hostelería a los peregrinos para facilitarles albergues, se hacía por la actual calle de la Magdalena, yendo aquellos a veces en tropel, portando candelas de cera o sebo y armando gran algarabía, a juzgar por lo que reza una ordenanza del municipio ovetense del año 1.274 que dice: “otro si establecieront que los albergueros de albergar a los romíos, que quando vinierent conellos que uengan calando ata que legan a suas posadas et non fagant roydo nen tragan lumne nenguno hergo de candela ho de seuo”.
Ya en Oviedo, pasada la puerta de la antigua muralla, situada más o menos en el arco central del consistorio actual, los peregrinos circulaban por las calles de Cimadevilla y Rua, antigua “rua francisca”, que se prolongaba por la calle de San Juan, y desde ésta, torciendo a la derecha perpendicularmente, tomaban la de la Platería, hoy desaparecida como consecuencia de los edificios que existían en la plaza de la Catedral, entrando directamente a la basílica de San Salvador a venerar las reliquias de la Cámara Santa.
SALIDA DE OVIEDO A GALICIA
“Saliendo por la puerta llamada Socastiello (y también de Santiago), que se abría en la muralla en el cruce de las calles de San Juan y Jovellanos, continuaban los peregrinos hacia el barrio que hoy se llama de la Argañosa, pasando primero junto a los “estancos”, ante la puerta principal del monasterio de Santa Clara, para salir por las calles de Covadonga, Melquiades Álvarez e Independencia al acueducto de los Pilares, obra del S. XVI, en uno de cuyos arcos y a mano derecha alcanzamos a ver nosotros una hornacina con imagen de la Virgen, antes de su demolición. Este trayecto de Camino de Santiago, lo mismo que la puerta de donde hemos visto que arrancaba” Así describe Uría Riu en el “Libro de las peregrinaciones”, el itinerario que seguían los peregrinos a su salida de Oviedo camino de Santiago.
Por lo demás éste discurría por el actual barrio de la Argañosa, donde el riachuelo de Lavapiés evoca la costumbre de los peregrinos al realizar este acto antes de entrar a Oviedo, para continuar al concejo de Las Regueras cruzando el Nora por el puente de Gallegos y llegando al Escamplero donde, al menos desde el S. XV, sabemos existió un hospital. Continuaba el camino por Premoño, donde José Manuel González documenta arqueológicamente una alberguería, y en Peñaflor, punto estratégico para las comunicaciones con el occidente de Asturias.
Por lo demás éste discurría por el actual barrio de la Argañosa, donde el riachuelo de Lavapiés evoca la costumbre de los peregrinos al realizar este acto antes de entrar a Oviedo, para continuar al concejo de Las Regueras cruzando el Nora por el puente de Gallegos y llegando al Escamplero donde, al menos desde el S. XV, sabemos existió un hospital. Continuaba el camino por Premoño, donde José Manuel González documenta arqueológicamente una alberguería, y en Peñaflor, punto estratégico para las comunicaciones con el occidente de Asturias.
(Las Peregrinaciones a Santiago de Compstela y San Salvador de Oviedo en la Edad Media)
NO SABES LO QUE ME PRESTA LEER TU BLOG YE COMO SI ESTUVIERA VIENDO MI ASTURIAS QUERIDA DESDE UN FURAQUIN, MUCHISIMES GRACIES POR TODO Y POR HACEME SENTIR CERQUINA DE MIO TIERRINA PRECIOSA, UN BESIN MUY MUY GRANDE DE ESTA ASTURIANA
ResponderEliminarXiana: aunque estemos lejos. La tierruca siempre va con nosotros. Saludos
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