En el cementerio de la Visitación (que también se llamo de la Atalaya y de Las Cruces, estaba junto a la iglesia Mayor de San Pedro, fueron enterrados mienbros de la clase más pudiente de Gijón, pertenecientes a familias como Alvargonzález, Kelli. Laviada... en nichos y mausoleos, en algunos casos sin distintivo religioso alguno, como prueba de evidente proceso de
secularización, motivado por la procedencia extranjera de algunos pioneros de la industrialización de la ciudad.
En el Libro de Actas Municipales correspondientes al día 4 de agosto de 1.854, que se conserva en el Archivo Municipal de Gijón, vemos la inscripción en latín que figuraba en la puerta del cementerio de La Visitación, se podría traducir por: "Hijo, sobre el muerto derrama lágrimas. Y no desprecies su sepultura". Un aspecto de este cementerio se puede contemplar en una maqueta (reconstrucción ideal de lo que debía ser el Gijón amurallado de mediados del XIX), cuyo original se conserva en el Museo del Ejercito en Madrid. El diario El Comercio del día 27 de marzo de 1.966 reproduce en varias fotografías esta maqueta, donde se distingue el cuadrado cercado del campo santo, junto a la iglesia de San Pedro, en el lugar hoy ocupado por parte de la calle llamada "camín de la fontica" o avenida de La Salle, y por el Centro de la Tercera Edad Cimadevilla (Antiguo Cine San Pedro) en la plaza del Arcipreste Ramón Piquero. Una copia fideligna y muy bien conservada de esta maqueta la podemos ver en la sede de "Gigia", asociación de vecinos de Cimadevilla.
Julio Somoza criticó desde "El Productor Asturiano" (27 de septiembre de 1.875 y 13 de diciembre de 1.976) las malas condiciones de este cementerio, y el hecho de que las familias pudientes de Gijón quisieran ser enterradas en él, a pesar de existir ya el de Ceares.
Fue clausurado definitivamente en 1.893, a los 17 años de entrar en enconamiento - en el lugar llamado "Llosa de los Valientes" - el nuevo y hasta diciembre de 1.999 último cementerio de Gijón: "El Suco". Antes había existido en Gijón el cementerio situado a la sombra de la iglesia de San Pedro, y antes aún, como consecuencia de una epidemia de cólera, otro provisional en lo alto del Cerro, junto a la capilla de Santa Catalina, la más antigua de Gijón y derribada en 1.898.
El cementerio de El Suco, o El Sucu, en Ceares fue inagurado oficialmente el primero de enero de 1.876 - aunque el primer proyecto era de diez años antes, obra de Cándido Fernández - coincidiendo con el despegue industrial de Gijón y su expansión demográfica. Al principio, la superficie de El Sucu era de quince mil metros cuadrados, pero no pasaron muchos años hasta que su extensión se duplicó. Desde el inicio contaba ya con una parcela dedicada a Cementrio Civil, con una tapia de separación y entrada independiente, donde fueron enterrados gijoneses ilustrados, masones, protestantes, republicanos y liberales ( junto a los ajusticiad os, amancebados,suicidas y niños sin bautizar) . Incluso la capilla que en 1.894 se construyó, con planos de Mariano Medarde, y da muy simbólicamente la espalda a esa parcela cívica y heterodoxa secularmente descuidada. Tuvieron que llegar tiempos , relativamente recientes, de libertades para que fuera derribada en Gijón la tapia que separaba los dos cementerios, al menos en parte.
CEMENTERIOS
1.798- Cementerio Antiguo de los rodeos de la iglesia.
1.840- Cementerio Provisional de Santa Catalina.
1.843- Nuevo Cementerio de la Visitación en el Prado de los Llanos.
1.876- Cementerio de Ceares o de El Suco.
1.999- Cementerio de Deva.
El primer documento que se conserva sobre la construcción de cementerios es un voluminoso expediente que data del año 1.821.
Esta pudiera ser la cronología, más o menos exacta, de inaguración de los cementerios que en Gijón hubo, y que puede ser estudiada parcialmente a través de los fondos depositados en el Archivo Municipal de Gijón.
Biblietaca Gijonesa Del Siglo XX- Luis Miguel Piñera.
Y también habría que hablar de la primitiva iglesia parroquial de San Pedro como lugar de enterramientos durante generaciones. Cuando se reparó en el s. XIX el suelo del templo se trasladaron muchos restos humanos a la "capilla de ánimas" que estaba adosada al lado occidental del edificio (más o menos por la entrada actual a la sacristía). Todo aquello desaparecería con la destrucción de San Pedro y la posterior explanación y acondicionamiento del solar para la posterior reedificación de la parroquial.
ResponderEliminarSaludos.
En “la capilla de ánimas” estuvo Jovellanos enterrado, hasta que se destruyo la iglesia durante la guerra. Un saludo
ResponderEliminarYa veo que os apasiona el tema de los cementerios... Bueno, es lo propio de esta época. Marisa, he hecho lo del Within, como puedes ver, pero ¿cómo puedo controlar yo los posts que me pone? Parece que los pone al azar. Gracias, por tu ayuda. :)
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