lunes, 22 de noviembre de 2010

UN PEQUEÑO VERSALLES EN ASTURIAS



La Fundación Selgas-Fagalde tiene sus instalaciones y patrimonio en la Quinta de “El Pito”. Los jardines, edificios y colección de arte han llegado hasta nosotros tal y como los hermanos Ezequiel y Fortunato Selgas y Albuerne los proyectaron. Ambos dedicaron buena parte de su vida a construir un significativo conjunto arquitectónico y reunir en él una magnífica colección de obras de arte.
A finales de de 1860 inició Ezequiel una sistemática labor de compra de obras de arte tanto en España como en diversos países de Europa. La colección de pintura se compone de más de un centenar de obras pertenecientes a las escuelas italiana, francesa y española de los siglos XV al XIX

Lo que más llama la atención, es la increíble pulcritud que domina toda la Quinta. Existen zonas en las que incluso es requisito calzarse una especie de protectores para evitar dañar el más mí¬nimo detalle del interior de las habitaciones. No obstante la experiencia bien merece una pequeña molestia. Seguro que nunca habrán visto nada igual, salvo en las colecciones y edificios pertenecientes al Patrimonio Real Español o de otras monarquías europeas.

El palacio, edificado según diseño de estilo neoclásico debido a Fortunato Selgas, pero firmado por el arquitecto Vicente Lampérez. Consta de tres plantas principales, con algunas variantes en las distintas fachadas, y una gran escalinata hacia uno de los jardines, el de estilo versallesco.
El interior es de gran luminosidad y posee una gran riqueza ornamental, con suelos de maderas nobles, techos pintados al fresco con alegorías de gusto modernista, salones con vitrinas y suntuoso mobiliario, objetos artísticos y una magnífica colección de libros de filosofía, ciencia e historia. Pero lo más admirado de las colecciones del palacio son los excelentes cuadros que cuelgan de sus paredes, entre los que hay dos obras de extraordinario interés: el general Ricardos, de Goya, y La Asunción, del Greco.

Joyas en sus paredes

La Quinta de la familia Selgas es toda ella una joya. No sólo por sus jardines inspirados en los de Versalles, sino por las valiosas piezas que cuelgan de las paredes del palacio y del pabellón de tapices. En este último se encuentra una serie de incalculable valor que ilustran la historia bíblica de José.

Todos los tapices de este pabellón, excepto el de los 'Dos amantes en el bosque', proceden de las manufacturas de Bruselas, principales abastecedoras de la Corona Española.
De los que ilustran la historia de José, hay dos que destacan del resto: 'Los desposorios de José' y 'El encuentro de José con el rey de Egipto'. Ambas datan de la primera mitad del siglo XVI y son representativos de las tapicerías flamencas del primer Renacimiento, con cenefas vegetales de escaso desarrollo y representación simultánea de diferente cronología.

También cuelgan de sus paredes otro grupo compuesto por tres piezas pertenecientes a la serie de la historia de Jacob y Raquel, también de Bruselas, y de la segunda mitad del XVI.

Bajo los tapices se expone una colección de indumentarias religiosas -casullas y dalmáticas- con bordados litúrgicos españoles que la familia Selgas fue reuniendo desde el siglo XVI hasta el XVII. Completa la muestra una exposición de reclinatorios decorados.

Además de estas importantes piezas, en el pabellón de los tapices también se encuentran dos importantes obras pictóricas. Una de ellas es el Ecce Homo de Luis de Morales, figura cumbre del Renacimiento. Otra, es una pareja de tablas que representa La Anunciación. Se trata de una obra perteneciente a la escuela renacentista del Norte, en concreto de la zona alemana.

Henri Rigoreau Jouvert: jardinero formado en la escuela de Versalles y reclamado en España por la nobleza madrileña; hizo una combinación de jardín francés —éste dispuesto delante de las fachadas principal y posterior del palacio— y su opuesto, el jardín pintoresco. En su composición resaltan el lago, los invernaderos, la gruta y la exótica arboleda.
El parterre Norte o jardín italiano, es la conexión de la parte posterior del palacio con el jardín. Se cierra en su extremo Norte por los invernaderos, de los que queda separado por un extraordinario conjunto de araucarias.
La zona Este desciende hacia el río y está elaborada a la manera de un parque inglés. Caminos irregulares y multitud de especies exóticas lo convierten en un verdadero jardín botánico. Hay especies de países lejanos que constituyen un auténtico “arboretum”

www.educastur.princast.es
www.elcomerciodigital.com

4 comentarios:

  1. Hola Marisa.- Ya veo que me has hecho caso una vez más. Gracias. Creo que vale la pena visitar ese palacio-museo. Yo lo hice hace unos cuatro años. La visita te lleva bien un par de horas. Como dices en el artículo hay muchas cosas que ver, no solo cuadros y tapices. Bueno, pues nada. Cuando me interese algo de Asturias solo tengo que pedirlo. Saludos. ;)

    ResponderEliminar
  2. Fastuoso Palacio en un lugar de ensueño, sólo lo conozco por libros y por haber espiado el interior desde la verja de entrada. Creo que por la visita "clavan" bastante, desde luego merece la pena pero los precios de la entrada no son muy "populares" que digamos.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Si mal no entendí estuvo cerrado un tiempo, pero se volvió a abrir este año por San Juan. Un gran defecto que tenemos la mayoría de los asturianos es que conocemos casi todos los museos de fuera de nuestra provincia, y los propios son muchas veces unos perfectos desconocidos. Por lo menos yo, que hasta hace muy poco tiempo me di cuenta.
    ¡En Asturias tenemos muy pocas cosas que envidiar con otros sitios! Un saludo para los dos.

    ResponderEliminar
  4. Sería posible saber si en estos meses de primavera/verano 2014 se puede visitar Las Selgas.

    ResponderEliminar