sábado, 21 de agosto de 2010

CANGAS VINO Y ORO




Cangas del Narcea se encuentra encuadrado en un entorno natural privilegiado plagado de valles, ríos, bosques y montañas que, en la mayoría de los casos, se conservan intactos con el paso del tiempo. Contamos, además, con uno de los bosques de robles más importante de Europa como es la Reserva Natural de la Biosfera de Muniellos, que se encuentra dentro del Parque de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, en el cual también se encuentra la Reserva del Cueto de Arbas.
Toda esta zona cuenta con una importante población faunística en la que destacan animales como el oso, el lobo, las aves rapaces, etc.
El Patrimonio histórico-artístico de Cangas del Narcea es muy rico y variado. En la villa de Cangas se puede disfrutar de un bellísimo casco histórico. Destaca, además del casco antiguo, la Basílica de Santa María Magdalena, del siglo XVII, declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional, y los numeroso palacios, entre los que sobresalen el Palacio del Conde Toreno, de 1701, actual Ayuntamiento, el de Omaña, del siglo XVI, y el de Pambley, del siglo XVI, entre otros. En el tradicional barrio de Entreambasaguas podemos visitar un puente medieval, cerca de la Capilla del Carmen.
También fuera de la capital se pueden visitar numerosos atractivos monumentales. Destaca por encima de todos el Monasterio de San Juan Bautista de Corias, a tres kilómetros de la villa y futura sede de un Parador Nacional. Conocido como “El Escorialín” asturiano por su parecido estructural con el Monasterio del Escorial, pero mucho más antiguo, concretamente del siglo XI, fue el más importante cenobio asturiano de la Edad Media.

Es el edificio más notorio del Concejo, tanto por su monumentalidad como por su historia y está declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional. Su origen se remonta al siglo XI, año 1.022, fecha de su fundación por los condes Don Piñolo y Dña. Aldonza. Poco después, en el año 1.044, se estableció en él una comunidad de benedictos. De esta primera construcción se conservan algunos restos románicos. En el Siglo XVI, la iglesia románica es reemplazada por un gran templo renacentista, de estilo herreriano , realizado por Domingo de la Montera. A lo largo del siglo XVII las capillas, el coro, el presbiterio y la sacristía se van llenando de tallas de madera, retablos, sillerías y órgano, dando lugar a uno de los más destacados logros del barroco asturiano. En una de las capillas laterales se conserva el Cristo románico del siglo XII, conocido popularmente como "de la cantonada" y considerado una talla sobresaliente del románico asturiano. En el año 1.763, tras un incendio el monasterio fue reconstruido. Se levantó entonces el actual monasterio de estilo neoclásico, de planta rectangular y cuatro alturas. El arquitecto Miguel Ferro Caaveiro, maestro de obras de Santiago de Compostela, dirigió las obras de construcción. Destaca también el bello claustro, del que se conserva en sus jardines la exótica araucaria, ejemplar único traído de América.
Pueden contemplarse en el concejo un número considerable de iglesias del románico. Muchas de estas iglesias, aunque hoy son parroquiales, formaron parte antaño de monasterios, de los cuales no queda ya ruina. Sobresalen la iglesia de San Vicente de Naviego, Santiago de Cibea, San Pedro de Bimeda, San Salvador de Cibuyo, Santa María de Monasterio de Hermo, Santa María de Carballo, San Martín de Besullo, etc. Especial interés merece la ermita del Acebo, de gran veneración popular y que, después de Covadonga, es el santuario más importante de Asturias, cuya romería, el 8 de septiembre, atrae a numerosos romeros y peregrinos de toda la región y concejos vecinos de Babia, Laciana y Palacios, en León.
También en Cangas del Narcea, en un pequeño pueblo llamado Xinestoso, encontramos la elaboración de uno de los quesos más apreciados de Asturias, el queso de Xinestoso. Se trata un queso de sabor intenso, ligeramente ácido y corteza enmohecida, elaborado con leche de vaca.
Este queso antiguamente de cabra y oveja se fabrica hoy en día con leche de vaca. La leche recién ordeñada se sala y se le añade el cuajo. Tras haber cuajado se corta y se introduce en los moldes. Pasados tres días se rectifica de sal y se amasa la pasta resultante. Una vez amasado se prensa lateralmente durante otros tres días. Una vez acabado el prensado se le pone a curar en un ambiente seco de tres a cuatro semanas.
La producción de este queso hoy en día está casi desaparecida si bien la consejería de agricultura ha presentado un plan para la dinamización del sector. Su producción se remonta a la trashumancia que se hacía en la zona hacia Castilla y Extremadura. Estaba elaborado por los pastores con el queso de sus ovejas y cabras si bien hoy en día está fabricado con leche de vaca. Es un queso graso y semiblando de forma tronconiforme con los laterales cóncavos de tamaño inferior al kilo. En la zona occidental destaca el Xinestoso, que debe su nombre a que originariamente procede del caserío de Xinestoso en el concejo de Cangas del Narcea
La cuajada, formada después de varias horas, se deposita en recipientes de plástico agujereados, que sustituyen a las antiguas vasijas de barro de Llamas del Mouro. Al cabo de un par de días, se introduce en las pleitas de esparto, a fin de que al mismo tiempo que escurre el suero se produzca el moldeado. El queso de Xinestoso es hoy por hoy una auténtica reliquia del pasado, se realiza a más de mil metros de altitud, en Xinestoso.
Fueron pastores castellanos y extremeños los que aportaron las pleitas, aros de esparto trenzado que servían para moldear el queso por ellos elaborado, y cuya técnica fue asumida por los habitantes de Xinestoso y transmitida de padres a hijos.
Este queso antiguamente de cabra y oveja se fabrica hoy en día con leche de vaca. La leche recién ordeñada se sala y se le añade el cuajo. Tras haber cuajado se corta y se introduce en los moldes. Pasados tres días se rectifica de sal y se amasa la pasta resultante. Una vez amasado se prensa lateralmente durante otros tres días. Una vez acabado el prensado se le pone a curar en un ambiente seco de tres a cuatro semanas.
La producción de este queso hoy en día está casi desaparecida si bien la consejería de agricultura ha presentado un plan para la dinamización del sector. Su producción se remonta a la trashumancia que se hacía en la zona hacia Castilla y Extremadura. La zona de elaboración de este queso se reduce casi exclusivamente al pueblo de Genestoso o «Xenestoso» en el concejo de Cangas del Narcea.


En Cangas del Narcea se tiene constancia de la existencia de viñas desde épocas romanas. Hasta finales del siglo XX la producción estaba dedicada al consumo propio básicamente, y es en esa época en la que surgen las bodegas que ahora mismo conforman la I.G.P.
El origen del viñedo de Cangas del Narcea puede remontarse hasta hace dos mil años, antes de la romanización. Desde el S. IX está documentado el cultivo de la vid en la zona. Su expansión se produjo con la fundación del Monasterio de San Juan Bautista de Corias por los monjes benedictinos
en la parroquia del mismo nombre. El viñedo sufrió las crisis de la filoxera, y otros males en la segunda mitad de S. XIX. Técnicos franceses vinieron a la zona para ayudar a combatir estos males y para reconstruir el viñedo, trayendo además de sus conocimientos posiblemente otras variedades de vid como “Cabernet sauvigñon” a Cangas.
La primera piedra de la andadura del enoturismo se observa en el núcleo de Santiso, que está afuera de la villa de Cangas del Narcea. El núcleo cuenta con nueve bodegas para preparar vino y algunas siguen preparándolo con un método artesanal (“vino de romanos”).

EL CARCABÓN
el pueblo de San Félix, en el margen izquierdo del río Arganza. A 700 metros de iniciado el itinerario nos encontramos a nuestra izquierda un camino que representa una interesante alternativa como complemento a nuestra ruta, ya que nos permitirá ver de cerca los restos de la explotación romana de oro.
Desviándonos por este camino, y a unos 500 metros, podemos encontrar perfectamente visible y a la derecha la entrada de una galería, que los romanos excavaron como prospección (terbagi). La galería tiene unos 2 metros de alto y se adentra un centenar de metros en la montaña. Volviendo sobre nuestros pasaos, a unos 200 metros a nuestra izquierda, podemos coger un sendero que nos sube hasta el 'Carcavón', resto de la corta que dejaron las explotaciones.
Podemos ver el impresionante aspecto que ofrece la montaña literalmente 'comida'. El sendero nos sube hasta la cresta del corte y se pierde, pero podemos sin mucha dificultad continuar monte raso arriba, recorriendo el espectacular tajo, o descubrir los resto de lo que fueron los depósitos (hondonadas que hoy se encuentran cubiertas de arbolado). Vueltos al punto donde nos habíamos desviado de la ruta principal, continuamos el paseo. Además de los bellos paisajes del valle de Las Montañas, también podemos observar en las laderas de enfrente restos visibles de explotaciones, sobre la carretera a Las Avelleras.

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