Respecto a las herramientas, cada casa tradicional asturiana, disponía, por regla general, de un equipo técnico que podríamos clasificar en tres grupos: instrumentos y herramientas, medios de transporte y arreos para los animales, además de una serie de utensilios de cocina y otros para elaborar el pan, hacer el samartín, procesar la lana etc.
Entre las herramientas indispensables de una casa cabría citar, entre otras, las siguientes: el “llabeguín”, “llabiegu”, “vara tazar”, “furón o selloriu”(arado de madera), el “llabegón” (arado de vertedera), la “gra o grade”, picas, picones, palas de dientes, pala de tierra, “fesories” o azadas, “hachos”(hachas), “fouz”(hoz de mano), “gadaños” o guadañas, “garabatos, garabatas o angazos”(rastrillos de madera), “maniegos, goxos y goxes (cestos de madera de varios tamaños), “fierros o ferros de cabruñar”(yunque y martillo), “tronzador o tronzón” (sierra para
dos personas), “segote” o serrucho de mano, etc.
Respecto a los medios de transporte, cada casa disponía de un “carru pa vacas o carru´l país”.El carro tenía una estructura básica, y según lo que fuese a transportar se equipaba con accesorios distintos. Si era para tierra o estiércol se ponían “lladrales”(unas tablas laterales o adrales) o “esquirpias” (un trazado de varas de avellano), si era para hierba, leña, roza o pan, “estadoños, estendochos o fumeiros”(palos verticales con punta).
En la zonas de montaña había “ramos o rametos” para caballos y para vacas, “corzas, carreñas o carriellas” (especie de trineos para usos distintos). Con frecuencia, muchos productos se transportaban a lomos de bestias y , en estos casos se utilizaba la albarda y las parihuelas.
(La casa tradicional Asturiana)
Hola Marisa.- Yo todavía conocí esos carraos de yerba (o hierba). Mi abuelo tenía una pareja de bueyes - el Gallardo y el Rubio - que eran la admiración de toda la comarca avilesina. Viajaban de noche transportando hierba y madera. ¡Oh, qué tiempos aquellos! Saludos. Muy completo tu artículo. Incluso hay herramientas que yo no conocía. Mario.
ResponderEliminarVamos que “yes asturianín de pura cepa”. Pero no creas yo también los conocí y llegué a bajar por una caleya montada en el ¡¡ Y con yerba…!! Era muy pequeña, pero no se olvidara nunca.
ResponderEliminarNo hay mejor sonido que el chirriar de un carro.Saludos.