OVIEDO - DESARROLLO URBANO

Después de Gijón, es Oviedo el concejo asturiano con mayor crecimiento en la segunda mitad del siglo XIX, pues pasa de 28.270 habitantes en 1.857 a 42.716 en 1.887 y a 48.103 en 1.900.
Alcanzando la ciudad de Oviedo los 23.155 habitantes al finalizar el siglo.
Entre los factores que fomentan el crecimiento urbano de Oviedo en la segunda mitad del siglo XIX, son inicialmente la actividad industrial, junto con el dominio de la infraestructura regional de comunicaciones derivada de su condición de capitalidad provincial, los principales responsables del proceso urbanizador, sobremanera por la implantación de la Fábrica de Armas.
En efecto, la adopción del sistema fabril por parte de la administración militar y la elección en
1.858 del desamortizado monasterio benedictino de la Vega para la ubicación de la nueva unidad industrial, resultará una pieza fundamental para la expansión ciudadana de Oviedo.
La nueva fábrica ocuparía a más de 400 trabajadores en 1.861 y a un millar diez años más tarde y un cuadro técnico y de mano de obra especializada y favorecedor de iniciativas privadas en el campo de la industria metalúrgica.
Tal es el caso de la fudición "La Amistad", creada en 1.856 por la razón social "Campo sagrado, Elorza y Cía." en el campo de San Francisco (calle Dueñas y plaza de Santa Clara), y la fundición "Bertrand y Hnos. instalada en el antiguo huerto de las Clarisas.
Las instalaciones industriales determinarían la fisonomía y composición social de algunos arrabales del casco histórico, como el extramuros nororiental (La Vega, La Piñera, Paraiso), la carretera de Castilla y, en mayor medida, el conjunto formado por Santa Clara-Los Estancos.

Dos factores favorecerán e impulsarán el crecimiento espacial de Oviedo del siglo XIX, en primer lugar, la comunicación entre y con las infraestructuras de transporte que pasan por la ciudad, en segundo, la disponibilidad de amplios espacios pertenecientes a fincas desamortizadas de propiedad pública y otras de propiedad privada.
el proceso se inicia a partir de 1.858, con la apertura de las calles Campoamor y Santa Susana, propiciadas por la necesidad de disponer de un camino de ronda que comunicase las carreteras de Castilla y Galicia. Años más tarde, la llegada del ferrocarril León -Gijón creará la necesidad de comunicar el centro urbano con la estación y propiciará la apertura y urbanización del eje Uría-Fruela. Igualmente, la necesidad de comunicar la referida estación con la principal industria de la ciudad (Fabrica de Armas) incitará a la apertura (1.887) de la calle General Elorza.
el crecimiento espacial se realiza también por medio de la parcelación de algunas fincas desamortizadas, como los conventos y huertas de Santa Clara (calles Pelayo, Alonso Quintanilla, paseo de Santa Clara, Covadonga...) y San Francisco (calles Marqués de Santa Cruz, Cabo Noval, Suárez de la Riva y Principado). También de otras privadas, como la finca Villazón del indiano Anselmo González del Valle, situada en el límite suroccidental del campo de San Francisco junto al Campo del Hospicio (calles de Toreno, Gil de Jaz, González del Valle y Marqués de Pidal; la parcelación Campoamor entre la iglesia de San Juan y la estación del NO.
(calles Fray Ceferino, Manuel Pedregal y Campoamor); la fincaLlamaquique, del comerciante-banquero Policarpo Herrero, entre el Campo del Hospicio y la carretera de Galicia (calles Asturias, Cervantes, prolongación de Gil de Jaz y Matemático Pedrayes), todas ellas realizadas entre 1.884 y la primera década del siglo XX. Se fue dotando a la ciudad de las características servicios y equipamientos urbanos que demandaban los nuevos tiempos, como la red de abastecimientos de aguas (depósito del Fresno en 1.875 y la captación de manantiales del Naranco entre 1.880 y 1.900), servicio telefónico (1.887), líneas de tranvías(1.891) y de autobuses(1.899), mercados cubiertos (Trascorrales en 1.866, Diecinueve de Octubre en 1.885, el Progreso en 1.887), etc. El incremento de la burguesía ovetense y la orientación de la ciudad hacia actividades terciarias propiciarán la aparición de suntuosas edificaciones acordes con las necesidades de la nueva fincionalidad de la ciudad.