miércoles, 25 de agosto de 2010

LA LLAMADA A XUNTA O CONCEYU

Los pueblos tenían unas infraestructuras para uso común de todas las casas que sufrían un deterioro normal y, a veces, inesperado. Estos bienes de uso común eran las fuentes, los lavaderos, los abrevaderos, los caminos, los puentes, los molinos “de vecera”, los cerramientos, los montes comunales, etc. Su conservación y reparación era responsabilidad de todas las casas.
En ciertas épocas del año, sobre todo en aquellos que había menos faenas, el alcalde de barrio llamaba a “xunta o conceyu”(reunión) y organizaba los trabajos. Se solía “ir a camín” los sábados por la tarde. Cada casa mandaba a una persona, pero no servían mujeres ni niños, salvo en casos excepcionales. Cada uno llevaba una herramienta y hacía aquel trabajo para el que estaba más capacitado. Durante los trabajos solía reinar la concordia y hasta un cierto ambiente festivo.

El agua tenía múltiples usos en la sociedad rural asturiana: servicio doméstico, para el ganado, para el riego. Las fuentes, lavaderos y abrevaderos que salpican nuestros pueblos; en estos casos el agua era de uso libre. Sin embargo, el agua para el riego y el agua como fuerza motriz estaba regulada según turno o vez. Los prados de regadío tenían ciertas horas o días semanales de riego. Asimismo, los molinos, pisones, mazos etc., también solían estar sujetos a la vez o turno de agua. La “vecera del agua” o “agua calendada” originaba frecuentes disputas, sobre todo durante los meses más secos, según parece, las casas fuertes tenían más tiempo de agua.


LAS OVEJAS
Muchas casas asturianas tenían un pequeño rebaño de ovejas. Todos los días a primera hora, se juntaban LOS CERDOS todos los animales a la salida del pueblo e iba de pastor una persona, cada día uno de cada casa, Tenía que ser un adulto, y si iba un anciano tenía que acompañarle un niño.
En muchas zonas de Asturias, después de recoger las castañas, muchas casas llevaban los cerdos para “los castañeos o soutos”. Durante un mes o incluso más, los animales se alimentaban y pernoctaban en el monte en unas toscas construcciones, que se denominaban “curteyos” en algunas zonas occidentales. Para vigilar la piara iba por turno una persona cada día.

EL MELANDRU, EL XABARIL Y EL OSU
Casi todas las casas de Asturias sembraban maíz. Este cereal era muy apetecido por muchos animales salvajes: pájaros, perdices y, sobre todo, por el “melandru”(tejón), el “xabaril”(jabalí) y el osu. Hace algunas décadas no se conocía ningún remedio eficaz para ahuyentar a estos depredadores, sólo la presencia humana podía salvaguardar las cosechas. Por esta razón, se instituyó la vecera o calenda. Es decir, cada noche iban, por turno y vez, uno o dos vecinos a cuidar el maíz.

LOS ENFERMOS, EL MAESTRO Y LOS POBRES
La fórmula de la vecera se extendía también a otros planos de la vida tradicional.
Cuando un vecino se ponía enfermo o cuando en una casería ocurría una desgracia y no podían cuidar su hacienda, las demás casas iban por turno a ayudarle, estas situaciones podían prolongarse durante semanas, meses o años.
Igualmente ocurría, con cierta frecuencia en algunas zonas de Asturias, que las casas que tenían niños pagaban a un maestro para que les pusiese escuela. Cada casa, por turno y vez, asumía la manutención y el alojamiento del maestro.
Respecto a los pobres y vagabundos que iban pidiendo por los pueblos sucedía algo similar. Cuando llegaba un pobre al pueblo y tenía que pernoctar allí, el alcalde de barrio le asignaba por turno una casa para pasar la noche.

La casa Tradicional Asturiana.(CajAstur)

1 comentario:

  1. De pequeño aún me tocó ir de "sextaferia", previo "concechu" o reunión de los paisanos del pueblo, para reparar los caminos, que entonces aún estaban empedrados.
    Un saludo.

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